Poemas

Fiorella se anima a la escritura, y algunos de sus poemas fueron seleccionados en la Primera Bienal de la Facultad de Ciencias Económicas y publicados en “Eco en Arte”.

Imágenes Nocturnas

La noche lo era todo sobre mi alma,
el mundo nada más que suave ruido,
retazos de memoria entre mis dedos,
pequeños caracoles detenidos.

Recuerdos de mis horas destilando
un surco sobre el cielo anochecido,
pedazos de paisaje entre mis ojos,
luciérnagas agudas en mi oído.

Un soplo abrió la atmósfera en el sueño
y pude ver el vuelo detenido
de aquello que mi mente atesoraba,
de aquello que inspiraba mi destino.

Los seres más inmóviles y tiesos,
el grito más profundo y reprimido,
los brazos y los cuerpos indomables,
la boca más sangrienta por el vino.

Mis manos, alcanzando lo imposible,
mis sueños, elevándose divinos.
Mi furia con la sangre que inflamando
corrían por mi cuerpo embravecido.

Toqué y palpé la tierra que pisaba,
sentí el olor a cielo vespertino.
Viví, porque tal vez no lo soñaba,
tal vez era muy cierto lo ocurrido.

Un ángel que hizo pie sobre la almohada
de luz cubrió las almas y el camino,
la negra y sutil fuente abovedada
se abrió sobre mi asombro en un suspiro.

La noche lo era todo sobre mi alma,
de miedo, de deseo, de sentido.
Morir y renacer entre aquel sueño,
vivir y despertar por su destino.

Mineral

Quizás hay un regreso en cada vida
me embriago de tu fría oscuridad,
comiendo de los frutos de mis sueños
me encuentra la mañana y la verdad.

Perdida en la simpleza de las horas
me siento por tu cielo gravitar
y es tanto el deshonor de mi desdicha
que incitas a mi cuerpo de frialdad.

Hay viento que mi hueso desconoce,
perdida, fiebre, tiempo, ambigüedad,
echando llave al muerto vespertino
y echándome a jaurías sin piedad.

Es cierto la emoción me vuelve piedra,
contrario a lo que busco atravesar,
naranja el mar y azul la fruta fresca
despierto en mi coraza mineral.

 

Enciéndeme

Prendida en un círculo de fuego
sus llamas quemaban mis pupilas,
mis ojos ardían en desconsuelo,
mi miedo volvía a sus cenizas.

Mi piel brotada y descarnada
gritaba que fueras a salvarla
pecaba en quimeras de sentirse
más pura al calor de tu mirada.

Se fue con el fuego tu caricia,
quemé entre las llamas mi deseo,
me fui volviendo pálida figura,
flotante purpurina de tu cielo.

Mi alma quiso ser esa heroína
que muere por amor en la mañana
jamás conoció el juego de la vida,
jamás elevó vuelo con sus alas.

Destino que no quieras revelarte
consuela a mi desierta melodía,
prodiga sueños nuevos a mis ojos,
enciéndeme de fuego y alegría.

Que triste con mis pasos por el mundo
no quiero ya sentir melancolía,
arráncame las prendas y los miedos,
ventila mi borrosa pesadilla.

Que muero por vivir de los aromas,
que vibro cuando tocas mis mejillas,
palpita el corazón cuando me besa
la boca escandalosa de la vida.

Yo soy tú

Porque cuando hablo, tú eres quien habla,
porque cuando gimo y miro hacia atrás
o enciendo las luces o apago la hoguera
eres tú quien me hace de esa forma actuar.

Porque si tropiezo y caigo al abismo
y pierdo de pronto noción del lugar
o escapo asustada o río de veras,
tú estás escapando, tú me haces actuar.

No soy ni yo misma, ni un fugaz reflejo
de lo que mi vida ayer pudo ser,
soy sólo tu sombra, tus actos, tus gestos,
tu pasado triste, tu triste después.

Porque no soy alma y no tengo cuerpo
y puedes hacerme de luz o papel
soy tu compañía de soledad llena
soy lo que no escuchas y no quieres ver.

Porque estaré siempre y seré tus días
esos a los cuales no quieres volver
porque cuando hablo, eres el que habla,
cuando lloro, lloras; cuando miro, ves.